lunes, 17 de diciembre de 2012

SAN ANTONIO Y LOS PAJARITOS

Divino Antonio precioso suplica a dios inmenso, que por tu gracia divina, alumbre mi entendimiento. Para que mi lengua refiera el milagro, que en el Huerto obrasteis de edad de ocho años. Desde niño fue criado con mucho temor de dios, de sus padres estimado y del mundo admiración. Fue caritativo y perseguidor, de todo enemigo, con mucho rigor. Su padre era un caballero cristiano, honrado y prudente, que mantenía su casa con el sudor de su frente. Y tenia un Huerto, donde recogía cosechas y frutos que el tiempo traía. Por la mañana un domingo, como siempre acostumbraba se marcho su padre a misa, cosa que nunca olvidaba y le dijo a Antonio, ven acá hijo amado escucha que te tengo que dar un recado. Mientras yo estoy en misa gran cuidado has de tener, mira que los pajaritos, todo lo echan a perder. Entran en el sembrado, por eso te advierto que tengas cuidado.” Cundo se ausento su padre y a la iglesia se marchó, Antonio quedo cuidando y a los pájaros llamó: “Venid pajaritos, dejad el sembrado, que mi padre ha dicho que tenga cuidado. Para que mejor yo pueda cumplír con mi obligación, voy a encerrarlos a todos, dentro de esta habitación.” Y a los pajaritos, entrar los mandaba y ellos muy humildes en el cuarto entraban por aquellas cercanías, ningún pájaro quedó, porque todos acudieron cuando Antonio les mando. Lleno de alegría, San Antonio estaba y los pajaritos a legres cantaban. Cuando se acercó su padre, a todos les mando callar, llego su padre a la puerta y comenzó a preguntar: “Ven acá Antoñito, dime hijo amado, de los pajaritos, ¿que tal has cuidado?” El niño le contesto: “Padre, no tengas cuidado, que para que no hagan mal, todos los tengo encerrados.” El Padre, que vio milagro tan grande, Al Señor obispo trató de avisarle. Acudió el Señor obispo con gran acompañamiento, quedando todos confusos al ver tan grande portento abrieron ventanas, puertas a la par, por ver si las aves se quieren marchar. Antonio les dijo a todos: “Señores, nadie se alarme, los pájaros no se marchan, hasta que yo no lo mande.” Se puso en la puerta y les dijo así: “volad pajaritos, ya podéis salir. Salgan cigüeñas con orden, águilas,grullas y garzas, gavilanes y avutardas, lechuzas, mochuelos, grajas salgan las urracas, tórtolas, perdices, palomas, gorriones y las codornices. Salga el cuco y el milano, zorzales, patos y andarrios, canarios ruiseñores, tordos, jilgueros y mirlo. Salgan verderones y las caldelinas, cogujadas y las golondrinas.” Al instante que salieron todos juntitos, se ponen escuchando a San Antonio, para ver lo que dispone Antonio les dice: “No entréis en sembrados, marchaos por los montes, por riscos y prados.” Al tiempo de alzar el vuelo, cantan con dulce armonía, despidiéndose de Antonio y su ilustre compañía. El señor obispo, al ver tal milagro, por diversas partes, mandó publicarlo. Albo de grandiosidades, fuente de la caridad, deposito de bondades padre de inmensa piedad. Antonio divino, por tu intersección todos merezcamos eterna mansión. Post aportado por Felisa Carvajal

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