lunes, 30 de mayo de 2011

LA CANCIÓN DEL GITANO

PERSONAJES: CURA Y GITANO.

GITANO: pare vengo a confesarme.

CURA : ¿A confesarte?

GITANO: A eso vengo, a ver si quie usted y de gratis perdonarme los pecaillos que tengo.

CURA:¿eso es cierto?

GITANO: se lo juro

CURA: al confesionario iremos.

GITANO: pare, que ese sitio es muy oscuro, este sitio es mas seguro y aquí la cara mus vemos.

CURA: arrodíllate.

GITANO: tampoco, que es mu mala postura, ¡aunque estuviera yo loco! Aquí d pie señor cura, mía que me las toco.

CURA: ¿Algún ángel te ha inspirado a que busques confesión? Ven siéntate a mi lado, cuéntame lo que has pecado que Dios te dará el perdón; dime tú ¿sabes rezar?

GITANO: pare, neica.

CURA: válgame Dios, para confesar por el rezo hay que empezar.

GITANO: pues rece usted por los dos.

CURA: bien, empecemos el rezo, ve diciendo conmigo: yo pecador me confieso......
GITANO: pare, yo no entiendo eso.

CURA: repite lo que te digo

GITANO: ¡miste, menos líos! Ya le digo que no se, con que vamos al avio que si no aligera usted, me voy a poner rebenio.

CURA: hombre no seas así, no te impacientes, ten calma, que yo rezaré por ti para conseguir así la salvación de tu alma.

GITANO: ¡oh, qué tío y que buen cachorro está!

CURA: Venga, cuéntame hijo mío.

GITANO: pare, si es que no me fío de isirle a usted la verdad

CURA: ¿temes que yo te delate? El confesor no hace eso.

GITANO: nunca diga disparate, que lo cojo del gaznate y lo dejo patitieso.

CURA: no tengas miedo hijo mío, tu secreto guardaré.

GITANO: vargame onde me metio, en fin lo contaré, su pellejo guarda el mío.
Yo tengo unos pecaíllos revueltos con pecaotes, unos son más chiquitillos otros son más grandecillos como mulas de grandotes. Y tengo algunas cosillas que ya no pueo aguantar, porque me hacen cosquillas y si es en lo de afanar, Pernales se queó en mantilla.

CURA: dime todos tus pecados sin ocultarme ninguno, perfectamente explicados y no tengas miedo ninguno que ellos serán perdonados. Empieza ya, ve diciendo.

GITANO: miste pare, yo fui a una fiesta cuando estaba el día rompiendo y me encontré a mi gitana que se estaba divirtiendo, era un gaché que vestía lo mismo que viste usted, con el que se divertía, y al verme entrar mare míase giñó encima el chipé, yo iba un poquillo mojao, pero no me arrebaté, cogí el mono disfrazao y por lo alto del tejao a la calle lo largué. Ella principió a gritar y yo porque no gritara le largué una bofetá que algo más de la mitad se le perdió de la cara. A los gritos infernales, que soltaba el amor mío, acudieron los curiales a recoger los quijales que en toavía no han paecio. Se echaron encima mío lo mismico que chusqueles, pero yo me encogí, le di aire a mis pinrreles y como un rayo salí.

Tomé viento y me largué, y en la calle al primer paso con Chuti me encontré que de un solo puñetazo sin narices lo dejé.
Aquello fue más sonao que en Toledo la campana y quedé recomendao pa bailar las sevillanas con un gori en un tablao. Desde aquel maldito día no me dejaron parar, como se me perseguía, pa ganarme le comía pues me dediqué a afanar. Mangué un pollino en Lucena, un jaquilla en Carmona, una muleta en Purchena, dos mulos en Estepona y un caballo en Trebujena. Y usando las mañas mías y sin pecar de ignorancia me hice en muy pocos días hombre de gran importancia, tratante en caballería.

Cuando menos lo pensé me hizo traición un judas, me escurrí y lo escabeché y entonces me dediqué a robar cosas mengua: a un fraile muy gordinflón de los que cantan en coro, al darme su bendición, le afané una cruz de oro, tres duros y un medallón. Entré a una iglesia a rezar y en un rincón me escondí cuando me quise muar se vino detrás de mi to lo que había en el altar. A un perro un collar quité creyendo que era de plata, cuando al venderlo llegué arrendó que era de hojalata, cogí el perro y lo maté.

Me encontré un cura en un prao que se empeño en confesarme y después de oírme asustao no se atrevió a perdonarme y lo enterré en un sembrao.
Qué tal mi confesión, flaquezas de ser humano. ¿me da la bendición?

CURA: si hijo y Dios soberano te concederá el perdón.

GITANO: entonces, pueo seguir.

CURA: Abreviando.

GITANO: está bien, abreviaré. Ya ve usted que afanando la manduca me gané, a nadie un chavo cedí y to el que se arrimó a mi, buen recuerdo le dejé. Que mieo que he tenio, siendo un tontico tan listo a donde quiera que me he metio, lo que mis ojos han visto mis manos lo han recogio. He sio muy aprovechao y tenio mucha suerte que no hay feria ni mercao en toica la España donde no me halla empleao.

CURA: ¿te queda más todavía?

GITANO: sí, pasé una aventura una vez que fui a emplearme al pueblo de Extremadura, al no tener que llevarme, me llevé a la mae del cura.

CURA: hoy no tienes salvación, poder salvarte no esperes, si le ha entrao a usted quemazón, ¡desdichao! Esas mujeres sagradas del todo son.

GITANO: no lo sabía eso yo, pero a mi se me figuraba que fue también otro cura el que a mi me la quitó.
Bueno, yo ya he terminao. ¿puede perdonarme o no?, porque si queo condenao con usted voy a hacer yo como con aquel del prao

CURA: si, si te absorberé aunque es cosa grave, pero ya está echo.

GITANO: que quiere usted por la gloria de mi madre, que otra vez no lo haré.

CURA: yo te perdono hijo mío de Dios en el nombre santo, procuras confío desde hoy ser un buen hombre.

GITANO: eso siempre lo he sido.

CURA: bueno, ya estás listo marchate.

GITANO: pare y ahora que me acuerdo no se si volveré y por si acaso me pierdo y no vuelvo a ver a usted, ¿porqué no me da un recuerdo?

CURA:¿un recuerdo?

GITANO: claro está, peor que si ni ayer ni hoy gané na ¿porqué no me da dos duros para que me puea aviar?

CURA: ¿dos duros?, tómalos y vete ya.

GITANO: válgame que tonto he sio, he hecho una barbarie, si mas le hubiera pedio lo mismo me lo da.

CURA: anda con Dios y con suerte y que no vuelva a verte por siempre jamás amén.

Post aportado por Antonia Guerrero Sorlozano

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