Doña Teodora le dice a su esposo Don Fidel:
me parece que el gañán mira mucho a la Isabel.
Eso me parece a mi, se me antoja una comedia,
que si el la quiere mucho, mucho, más lo quiere ella.
Esto así no puede ser, hay que cortar por lo sano
y mandarlo a trasladar, y el cuento se ha terminado.
Sabemos que nuestro mozo, es un chico muy formal,
pero que vamos a hacer si no tiene capital.
A las doce de la noche, Pedro estaba en la ventana
palpitando con la novia, que amargamente lloraba,
Pedro dame tu pañuelo que lo borde para ti,
Pedro querido para que te acuerdes de mi.
Pues toma tu mi retrato porque ayer me retraté
que ya nos separan, quiero que me puedas ver
Y con pruebas de cariño, se despidieron los dos.
Y la pobre de Isabel malita fue y se acostó.
¡Ay que malita me he puesto!, la pobre Isabel decía
esto es de no ver a Pedro se me aumenta la agonía,
me palpita el corazón,
y el retrato de mi Pedro me dará fuerza y valor,
y con pruebas de cariño
ya llamaron al Doctor.
Es un pena muy grande, le palpita el corazón
¡ay que rabia me da esto! que me llevan los demonios
de pensar que nuestra hija,
tenga fama “pa” los novios.
Cogeré tinta y papel, y una carta escribiré
Por no perder una hija, por el maldito interés.
Pedro estaba en la besana, siempre acordándose de ella
en sus ojos admite llanto y en su pecho admite pena.
Siente una voz, la del mando
que era la del mayoral, toma esta carta y la lees.
Como un niño echó a llorar, como un loco echó a correr
y el mayoral le decía toma dinero “pa” el tren.
A la entrada de aquel pueblo donde su Isabel estaba
se encontró al enterraor con un pico y una pala.
Que esta mañana a las diez
le hemos dado sepultura a tu adorada Isabel.
Como veis tenia valor de coger el pico y la pala
y enterrar a mi Isabel, siendo mi prenda adorada.
Porqué no me la destierras ahora que nadie nos ve
y besaría sus labios y luego morir después.
Eso no puede ser Pedro,
eso sería una locura,
toda la vida en la cárcel por desterrar una sepultura.
Un favor le voy a pedir, me lo vas a conceder
Dime: ¿dónde está la tumba de mi adorada Isabel?.
Al entrar al cementerio, se quedó mudo y sin habla,
y al cabo de dos minutos salió una paloma blanca.
No te asustará mi Pedro, no te asustarás de mi
porque mañana a las diez conmigo has de estar aquí.
Cuando vio el enterraor lo malito que el estaba
fue y llamó a dos hombres que lo lleven a su casa.
Cuando su madre lo vio, lo malito que el estaba
van y llaman al doctor, a ver si se le quitaba.
El doctor vino enseguida, pero nada pudo hacer
esto son cosas muy fuertes que pasan en el querer.
Ya se murió Isabelita, ya se murieron los dos.
Esto les pasa a los padres, por ser un falso traidor
por no saber corregir, por no saber corregir.
Esto les pasa a los padres por el maldito interés.
Post aportado por Antonia Rodriguez Ruiz
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