lunes, 21 de mayo de 2012

LA FAMILIA POBRE

Esto era una familia de campo, vivían en la miseria no tenían nada para comer. Tenían dos hijas y un día no tenían nada para mandarle de comer al marido que se encontraba trabajando en el campo y pensó en matar a una de las dos hijas.
A una la mandó a por el pan y a la otra a por aceite y le dijo: la que venga antes le doy un caramelo. Llegó la más pequeña y le dice la madre acuéstate cuando despiertes tendrás el caramelo debajo de la almohada y cuando quedó dormida entró y la mató. Al poco rato llegó la mayor y le pregunto por la hermana y le contesta la madre: no ha venido todavía . Tú vas a ir a llevarle la comida a tu padre y cuando vengas te daré el caramelo.
Pero ella se dio cuenta de que su madre le había mentido. Cogió el cesto y empezó a caminar y de vez en cuando se paraba y destapaba la olla, una de las veces vio un dedo y continuó, pero no cesaba de llorar. Se le apareció una abuela y le preguntó:
-¿Por qué lloras?
Por que mi madre ha matado a mi hermana y se la llevo a mi padre para que se la coma.
Pues no llores, dijo la abuela, tú vas a hacer lo que yo te diga:
Tu no comas y todos los huesos que tu padre tire los recoges, cuando llegues a casa los siembras y todos los días los riegas y ya veras.
El padre empezó a comer y la niña cogía todos los huesos, el padre le dice:
-¿Tú no comes?
Yo no tengo apetito.
-¿Para qué quieres los huesos? (le dice el padre).
Para el gato, le dice la niña.
-Los gatos no comen huesos.
-Pues para el perro.
-Tampoco come huesos, dice el padre.
-Pues para jugar con ellos.
La niña todo lo hizo como le abuela le había dicho.
Una mañana cuando fue a regarla vio que la tierra estaba removida y un poco más lejos había una niña con una cesta de caramelos y flores.
La niña se sorprendió y llamó a sus padres y se acercaron y le dijo la madre:
-¿Dáme un caramelo?
No, que me mataste.
Se acercó el padre y le dijo:
-¿Dáme un caramelo?
No que me comiste.
La hermana se acerca y le dice:
-¿Dáme un caramelo?
Tómalos todos que me sembraste.

Post aportado por Antonia Guerrero

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